La familia humana constituye la viva “imagen, reflejo” y participación del Hogar divino. |
Como se trata de un tema tan importante, vamos a tratar de clarificar en varias entradas, que iremos publicando en los próximos días, lo que nos dice la exhortación "Amoris Laetitia" acerca de la familia.
Introducción:
la familia, una bendición de Dios.
Con fecha
19 de marzo el Papa ha publicado este largo documento, fruto de la reflexión de
la Iglesia llevada a cabo en los dos recientes Sínodos sobre la familia.
Se enmarca dentro de la solicitud pastoral y de la enseñanza de
la Iglesia.
Las fuentes
más citadas, junto a la Sagrada Escritura y algunos textos de los santos
padres (como san Agustín) y doctores de la Iglesia (como santo Tomás
de Aquino), son el magisterio anterior, especialmente del Concilio
Vaticano II y de los romanos pontífices, sobre todo Pablo VI (encíclica
Humanae vitae), Juan Pablo II (exhortación Familiaris
consortio, catequesis de la teología del cuerpo, etc.), Benedicto XVI
(encíclica Deus caritas est) y el mismo Francisco (catequesis sobre la
familia).
Se trata de
un texto amplio, de 262 páginas y 325 números, en el formato presentado por la
Santa Sede. Consta de una premisa y nueve capítulos: desde la enseñanza bíblica
sobre el matrimonio, pasando por una mirada a nuestra cultura, para desarrollar
cuestiones como el amor conyugal, el sentido de la pasión y de la sexualidad,
la fecundidad, la comunicación, la educación, la espiritualidad o la atención
eclesial a las familias.
En esta
breve presentación se ofrecen algunos de los temas o conceptos fundamentales
de este documento pontificio.
1. El “designio
primordial”.
La
revelación divina, contenida en las Sagradas Escrituras, interpretadas por la
Iglesia, nos ofrece la verdad, la “realidad fundamental” del
matrimonio, cuyo autor es el mismo Creador.
Dios
mismo “es Familia” en la
intimidad del eterno misterio de la Santísima Trinidad, Comunión de Amor. La
familia humana constituye la viva “imagen, reflejo” y participación del
Hogar divino. El matrimonio, la familia y los hijos constituyen una gran “bendición
de Dios” (Salmo 128).
Así, el
matrimonio es la “íntima comunidad de vida y amor conyugal exclusivo,
fiel y fecundo”. De modo que los padres son “mediadores del amor del
Creador”.
El mandato
de la “honra familiar” sitúa a la familia en el centro de la construcción
de la vida social, pues de ella nace el respeto, el reconocimiento y la
promoción de cada persona humana.
2. El “evangelio
de la familia”.
La
redención de Cristo, el Esposo de la Iglesia, en la nueva y definitiva alianza,
“recupera, purifica y lleva a plenitud la forma original del matrimonio”.
Cada
matrimonio es “una parte de la historia de la salvación”, y realiza el “sueño
de Dios”. Pues el amor de Dios a sus hijos pasa por la familia.
La sagrada
familia de Nazaret se presenta como auténtico “icono y esplendor del
amor pleno”, en el que todas las familias pueden encontrar el modelo y la
intercesión que necesitan.
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