Buscar este blog

miércoles, 25 de mayo de 2016

Amoris Laetitia II

Las diversas “crisis matrimoniales” han de vivirse como posibilidades de crecimiento 
y de maduración, como “llamadas a permanecer en el amor”.
3. La atención misericordiosa a las “situaciones de fragilidad”.

Las diversas “crisis matrimoniales” han de vivirse como posibilidades de crecimiento y de maduración, como “llamadas a permanecer en el amor”.

La exhortación describe someramente algunos rasgos negativos de nuestra cultura, como el “emotivismo” y el “narcisismo”, con una concepción romántica reductiva del amor; o la “deconstrucción jurídica de la familia”, propiciada por la “ideología de género”, conforme a una antropología errónea.

Pero también se refiere a las diversas situaciones difíciles que contienen un anhelo de amor verdadero, y que constituyen “semillas” de familia que se han de cuidar.
Las comunidades cristianas han de actuar como “hospitales de campaña” de una Iglesia que sigue el modelo de Jesús, el buen samaritano, enviadas a “sanar heridas” con el bálsamo de la ternura, y a promover con tesón la reconciliación y el perdón.

4. La importancia del “acompañamiento”.

El Señor pide a su Iglesia ponerse junto a los matrimonios y a las familias, en un “camino dinámico de desarrollo y realización”.

Se ha de considerar la situación concreta de cada uno de ellos para avanzar en un proceso creciente.

Con “creatividad misionera” el horizonte ha de ser la vivencia adecuada de los sacramentos y del proyecto divino para el matrimonio, inscrito en nuestra humanidad.

En este proceso tiene lugar la paciente tarea de “formar conciencias en la enseñanza de la Iglesia”. Medios para ello son: la escucha de la Palabra de Dios, la catequesis, la participación en las celebraciones litúrgicas, especialmente la Eucaristía dominical, el testimonio.

Estos procesos se han de vivir desde la “confianza en la gracia”. Con Dios se pueden superar todos los obstáculos para reemprender una existencia humana digna.

5. El principio de “integración”.

La comunidad cristiana ha de manifestar en todo momento actitudes de “acogida” cordial y de “diálogo” sincero y cercano, para “iluminar” con la luz del evangelio también las “situaciones difíciles” y a menudo dolorosas.

Por ello, ha evitar el “descarte” y la “marginación” de estas personas.

Más bien han de ser integradas adecuadamente en los diversos “movimientos, grupos, asociaciones y comunidades eclesiales”.

Así podrán emprender un proceso de conversión al Señor, de modo que puedan crecer en la fe, formarse y curar sus heridas.

6. El principio de “discernimiento”.

Siempre se ha de “mirar con amor y respeto” a las personas que se hallan en las diversas situaciones llamadas “irregulares”.

Es la primacía de la “lógica de la misericordia y de la compasión” evangélicas. No se las debe “rechazar ni condenar”, sino “acercar al Señor”.

Se ha de “procurar su participación en la Iglesia”, en sus diversas actividades y tareas de modo prudente. Aunque, conforme a las normas de la Iglesia, los católicos que viven maritalmente y no están casados sacramentalmente no pueden recibir la absolución sacramental ni la comunión eucarística. (Como recuerda en la nota 345: Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Declaración sobre la admisibilidad a la sagrada comunión de los divorciados que se han vuelto a casar, 24 junio 2000).

Para ayudar a las “personas separadas y divorciadas” el Santo Padre pide “facilitar y simplificar los procedimientos de nulidad”, y ha dictado normativas al respecto.

Además, se han de “considerar los grados de responsabilidad” de cada uno, sin ofrecer “tallas únicas”, sino una atención personalizada.

La via caritatis requiere “mostrar la verdad y la justicia conforme a la moral de la Iglesia con caridad, humildad, paciencia y esperanza”. Pues no hay contraposición sino intrínseca reciprocidad y armonía entre la verdad de la justicia y el amor misericordioso.

Por ello, se han de “buscar progresivamente caminos de crecimiento y de maduración personal”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario